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Experto en innovación y creatividad
La función de la educación debe ser conseguir el éxito en la vida, entendiendo el éxito en su sentido más amplio. Pero vivimos en un momento de futuro incierto en el que las tendencias anteriores se mezclan con nuevas tendencias influenciadas por una alta tecnología. Esto significa vivir constantemente en un remolino (Leadbeater habla de lavadora) del que emergen «cosas» nuevas que las personas deben ir creando. Los niños y jóvenes tienen que estar preparados para hacer frente a esta situación y sacar partido de ella encarando el futuro con posibilidades infinitas.
En muchos casos, se sigue ofreciendo una educación que forma a las personas para una sociedad industrial, con unos conocimientos estandarizados para trabajos mecánicos. Este tipo de educación no aporta las habilidades para adaptarse a las situaciones cambiantes marcadas por una alta tecnología que puede sustituir a las personas en muchas acciones con robots y algoritmos.
Enseñamos a ser robots malos cuando lo que se necesita es formar personas más humanas que puedan hacer aquello que los robots no pueden hacer: ser empáticos, colaborativos, creativos, capaces de crear metáforas y de tomar iniciativas.
El centro de gravedad pasa de seguir instrucciones a resolver problemas.
Con la Colaboración de:
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Kristen Swanson |
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Boris Cyrulnik |
Revolucionar la escuela desde el design thinking y...
Ross Flatt |
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