Fundació Jaume Bofill Universitat Oberta de Catalunya (UOC)

Pensando los retos del futuro de la educación en Cataluña

Declive de la institución escolar y conflictos de principios


Sobre el ponente

François Dubet

19/01/10 - 19.30 h

Sociólogo francés, profesor de la Universidad de Burdeos II y director de estudios en la École des Hautes Études en Sciences Sociales de París

«La sociedad tiene que aprender a no esperarlo todo de la escuela»

Idea principal

Es paradójico que hablemos de declive de la institución escolar en Francia cuando nos encontramos en un momento de máxima potencia de la institución escolar: actualmente hay más gente que nunca en el sistema educativo (tanto alumnos como profesores) y, además, la educación es básica para poder acceder al mundo laboral. ¿Por qué hablamos de declive, pues?

La institución escolar republicana sigue el modelo de la Iglesia

¿Cuáles son los fundamentos de la Iglesia?

Para un sociólogo, la Iglesia es, según Dubet, una máquina de fabricar cristianos. La Iglesia ha creado un programa, una técnica muy elaborada, que tiene como finalidad crear cristianos.

1. Define unos principios sagrados, unos dogmas de fe, que son incontestables y que están apartados del mundo.

2. Para transmitir estos dogmas se contratan profesionales con vocación capaces de encarnar este dogma. El cura cuando habla lo hace en nombre de Dios, encarna lo divino. Si haces caso al cura, haces caso a Dios.

3. La religión se desarrolla en santuarios (iglesias) protegidos de las pasiones y los desórdenes del mundo.

4. Si aceptas la disciplina que marca la Iglesia, llegas siempre a la fe e incluso puedes ser crítico con la Iglesia, pero dentro de la Iglesia.

¿Cuáles son los fundamentos de la escuela republicana francesa?

La escuela de la República nació oponiéndose a la iglesia, pero paradójicamente copió el modelo, la técnica.

1. La escuela es uno de los pilares de la industria identitaria francesa. La escuela establece unos principios, unos valores que son tan sagrados e incontestables como los dogmas de la Iglesia. Es la escuela de la nación, de la razón, del progreso. Se basa se un principio unitario: «Si todos somos iguales, seremos más libres, seremos mejores».

2. El maestro de la escuela republicana debe ser una persona con vocación que tiene que representar los valores de la República. Es un maestro con autoridad porque representa valores «sagrados».

3. Es un santuario muy sólido. Los padres, las empresas, los agentes locales no tienen derecho a entrar. Además, separa al alumno del niño. El niño emocional no interesa (como la separación entre alma y cuerpo de la Iglesia).

4. Si sigues los valores de la escuela, al final serás una persona libre que podrá criticar el sistema educativo.

¿Por qué entra en crisis este modelo?

El modelo republicano ha funcionado durante muchos años y ha sido uno de los pilares de la nación francesa y de la democracia. ¿Por qué se habla de declive? Muchas voces apuntan a que la institución escolar ha sido atacada por el capitalismo, por el neoliberalismo, por el mercado. Dubet, sin embargo, considera que las razones son internas:

• La modernidad crea desencanto. Cada vez hay menos cosas basadas en dogmas incontestables.

• Es difícil creer en una escuela de la nación unitaria cuando tenemos una población muy poco unitaria (multicultural).

• Los alumnos ya no van a la escuela a hacer nación, sino que van porque, si no van a la escuela, no encuentran trabajo.

• La escuela no tiene el monopolio de la cultura. Ahora son los medios los que lo tienen. Los chicos pueden obtener más información mediante la televisión o el ordenador que en la escuela. Ante este hecho, la escuela desacredita los medios, los considera vulgares (lo mismo que hacía la Iglesia con la escuela republicana).

• La escuela es víctima del espíritu crítico que ha creado. La escuela ahora tiene que demostrar que sirve para algo.

• El maestro ya no se define por la vocación sino por ser un profesional más, un técnico. Su prestigio no está sacralizado. Es un profesional como otro. Además, ahora ya no debe dedicarse solamente a educar, sino también a motivar a los alumnos para que quieran aprender.

Todos estos cambios se han producido por la masificación de la escuela.

Ahora que todo el mundo accede a la educación, la escuela ya no es un santuario aislado del mundo. Los problemas del mundo han entrado en la escuela. La adolescencia, la mezcla forma parte de la escuela. En la escuela hay vida juvenil y no saben qué hacer. La masificación ha roto los muros del santuario.

La masificación también ha generado que la escuela se mueva por criterios mercantilistas.

Los padres escogen la escuela que puede conseguir que sus hijos tengan más posibilidades de encontrar trabajo. La escuela ya no es unitaria. Cada centro es cada vez más autónomo para poder competir con los otros centros.

Tenemos una igualdad colectiva (todo el mundo accede a la educación) que mantiene las desigualdades relativas.

Ahora la desigualdad ya no es si vas a la escuela o no, sino qué resultado sacas de la escuela. Si no sacas buenos resultados, te encuentras fuera del sistema.

Ahora hay un problema de motivación.

Si ya no hay dogma, ahora la dificultad es que los chicos entiendan por qué tienen que estudiar y por qué se tienen que implicar en la educación.

¿Cómo debe ser la escuela del futuro?

• La sociedad tiene que aprender a no esperarlo todo de la escuela. Queremos que la escuela haga buenos ciudadanos, que acabe con las desigualdades, que transmita cultura. Eso no es razonable; es demasiada responsabilidad para la escuela. Tiene que haber otros agentes educadores fuera de la escuela (los medios de comunicación podrían formar parte de ellos).

• Hace falta una escuela del equilibrio. Ahora queremos una cultura común pero que seleccione a los mejores; queremos que todos tengan un lugar pero que también tengan la posibilidad de ser autónomos para desarrollar sus potencialidades; queremos cultura gratuita, al alcance de todo el mundo, pero que todo el mundo encuentre trabajo cuando termine de estudiar.

• No hacen falta cambios revolucionarios y radicales sino que hay que encontrar espacios democráticos de discusión para establecer cambios en la forma de trabajar, cambios pragmáticos.

• Fomentar la autonomía del centro sí, pero con unos objetivos unitarios generales.

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