Fundació Jaume Bofill Universitat Oberta de Catalunya (UOC)

Pensando los retos del futuro de la educación en Cataluña

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Pensando el futuro de la educación. 10 años de debates con la comunidad educativa


Sobre el ponente

Núria García Quera y Júlia Martí Comas

01/04/14 - 18.30 h

Editoras

Este libro recoge las reflexiones de reconocidos expertos internacionales del mundo de la educación sobre cuál es el papel de la educación en la sociedad del conocimiento. Una sociedad cambiante, marcada por la globalización y las nuevas tecnologías. ¿Qué hay que enseñar? ¿Cómo hay que hacerlo? ¿Cuál es la función de la educación? ¿Educación para cubrir las necesidades reales del sistema productivo? ¿Educación para una sociedad más cohesionada? ¿Educación para hacer individuos libres? ¿Educación para dar oportunidades a todo el mundo? ¿Qué modelo de gestión hay que aplicar?

Estos son los ponentes que en cuarenta y nueve Debates de Educación en los últimos diez años han aportado sus conocimientos y experiencias para la reflexión educativa que recoge este libro: Juan Tedesco, Manuel Castells, Javier Elzo, Xavier Bonal, Ferran Ferrer, Miquel Angel Essomba, Celia Braslavsky, Jorge Wagensberg, Christian Laval, Joan Coscubiela, Martín Carnoy, Cristivam Buarque, Alain Tourain, Andreas Schleicher, Maria Nieves Tapi, Reijo Lukkanen, Peggi, Levitt, Salvador Cardús, Jordi Pujol, Agnès Van Zanten, César Coll, Marcelo Suárez Orozco, Carola Suárez Orozco, Zygmunt Bauman, Daniel Pennac, Alvaro Marchesi, Miquel Martínez, Francesc Pedró, Mats Ekholm, Vincent Dupriez, Robert Castel, David Hopkins, Julio Carabaña, Larry Cuban, Roser Salavert, Daniel Innerarity, Ramon Farré, Ramon Plandiura, Jaap Dronkers, François Dubet, Gary Orfield, Cristóbal Cobo, Jean-Yves Rochex, Isabel Solé, José Antonio Marina, Eric Debarbieux, David Istance, Robert B. Kozma, Yong Zhao, Richard Gerver, John MacBeath, Henry M. Levin y Annie Kidder.

Además el libro también compila las aportaciones y las propuestas de futuro de la comunidad educativa al foro participativo Las 3 cosas que he aprendido, realizado para conmemorar el décimo aniversario de Debates de Educación. 

El contexto actual. Ha cambiado el escenario y no hemos tenido tiempo de cambiar la escuela

Globalización, economía del conocimiento, individualismo, infoxicación, diversidad cultural. La educación tiene un papel clave en este mundo posmoderno, complejo, inestable, en el que aumentan las desigualdades y que cambia rápidamente. La educación es motor económico pero a la vez tiene que afrontar el reto de trabajar por la cohesión social y por la creación de valores.

Marina: «El tema del momento, lo que preocupa a todas las naciones, a todos los empresarios, a todos los políticos, y que tendría que preocupar a todos los ciudadanos es: ¿cómo podemos generar talento? En una sociedad del conocimiento, con una economía que estará basada cada vez más en la ciencia y en la tecnología, la principal riqueza de las naciones ya no es el territorio, ni la población, ni las materias primeras, ni el capital: es el TALENTO». Pág. 16

Elzo plantea una serie de objetivos prioritarios que hay que transmitir por medio de la educación: «La racionalidad, la competencia personal, la tolerancia activa, la solidaridad, la espiritualidad y, como colofón, la utopía por una sociedad mejor». Pág. 22

Ya no es importante la acumulación de conocimientos sino la gestión de esos conocimientos y la creación de nuevos. La educación tiene que formar en esta vía.

Elzo: «Las nuevas generaciones saben recibir y reaccionar emocionalmente (les gusta o no les gusta), pero tienen dificultades a la hora de jerarquizar racionalmente (mediante un ejercicio de razonamiento intelectual) lo que es correcto de lo que es incorrecto, lo primordial de lo secundario, lo esencial de lo que es accesorio, el dato de su interpretación». Pág. 26

Una nueva forma de entender la educación del siglo XXI

«Las escuelas tienen que preparar a los estudiantes para trabajos que aún no se han creado, tecnologías que aún no se han inventado y problemas que surgirán y todavía desconocemos» (Schleicher, 2010 a Zhao). Pág. 35

«Lo crucial es la capacidad de responder con flexibilidad a problemas complejos, comunicar de manera eficaz, gestionar la información, trabajar en equipo, utilizar la tecnología y producir conocimiento, unas capacidades que se han denominado capacidades del siglo XXI» (Kozma). Pág. 35

Para los ponentes, la nueva realidad implica que la educación tiene que formar en competencias y en gestión del conocimiento. Los alumnos tienen que convertirse en creadores de conocimiento. Cada cual tiene que tener la posibilidad de desarrollar su talento, su creatividad y su emprendimiento. La tecnología tiene un papel central, como también la competencia lectora, entendiendo esta como una lectura profunda y crítica. Y el currículum tiene que ser más aplicable y funcional. Ya no es tan importante qué sabe el alumno como qué es capaz de hacer con lo que sabe.

Innerarity: «Se podrían sintetizar en cinco habilidades básicas: 1) gestionar la atención, 2) anihilar información, 3) simplificar el mundo mediante la cooperación, 4) ser uno mismo, y 5) ser breve». Pág. 41

Este nuevo paradigma implica, para algunos autores, la necesidad de enfrentarse a varios retos: mantener la democracia del conocimiento, potenciar la educación en valores, entender la educación como integradora, fomentar la cohesión.

¿Y cómo se consigue todo esto?

Dubet: «Hemos pasado del modelo de Locke, que ve al niño como una página en blanco en la que la sociedad tiene que escribir un texto, al de Rousseau, para quien el niño es una planta que tenemos que ayudar a hacer crecer de acuerdo con su naturaleza». Pág. 59

Los autores apuestan por el aprendizaje personalizado, aprovechando las potencialidades de cada cual. El esfuerzo pasa por delante de las aptitudes; se trabajan las habilidades para obtener finalidades concretas; y se refuerza el reconocimiento del éxito. El profesor tiene que guiar. La educación tiene que ser una experiencia irresistible y motivadora.

«Solo una generación lo bastante relajada para ser ella misma y bastante segura para poner en cuestión las convenciones, para asumir riesgos y para atreverse a ser diferente, encontrará las soluciones para avanzar positivamente hacia el siglo XXII» (Gerver). Pág. 67

«El peor enemigo de la educación es dar los conceptos acabados, cerrados, en lugar de transmitir la inquietud de que hay que seguir conociendo. Educar es despertar el gusanillo de la curiosidad» (Wagensberg). Pág. 69

La diversidad y la multiculturalidad son factores a tener en cuenta en el nuevo paradigma educativo. Son elementos que pueden convertirse en obstáculos y en factores de segregación, o en aspectos enriquecedores. Todo depende de cómo se afronten. Los autores apuestan por la inclusión de la diversidad porque la escuela tiene que ser como la sociedad, variada, pero con los medios necesarios para dar una atención personalizada de la diversidad. En cuanto a la multiculturalidad las tendencias son a rechazar la segregación y extraer las potencialidades del alumnado bicultural.

Además, la educación tiene que ir más allá de los muros de las escuelas: es básico el aprendizaje a lo largo de la vida, el formal y el no formal. Un ejemplo es la Universidad de los Niños. Las escuelas tienen el reto de innovar, de abrirse a la sociedad, de interactuar con el entorno. De arriesgarse.

«Si queremos que nuestros niños sean más creativos, más innovadores, que se arriesguen más, entonces los profesores son los primeros que tienen que salir de la zona en que se sienten cómodos. Y son ellos quienes tienen que cambiar. No podemos esperar que los niños cambien si nuestros educadores no están a punto para cambiar. [...] Porque demasiado a menudo no hacemos cosas porque no nos queremos arriesgar». (Gerver). Pág. 90

Y todo esto con el acompañamiento de la tecnología, que tiene que estar al servicio de la innovación y del cambio de paradigma y no ser solo una herramienta para continuar haciendo lo mismo de una forma más cómoda.

«Las capacidades interactivas y productivas de las TIC permiten, tanto a los profesores como a los alumnos, implicarse en proyectos e investigaciones colaborativos y generar sus propios productos de conocimiento. La capacidad de creación de redes de las TIC permite –tanto a los profesores como a los alumnos– trabajar con colaboradores distantes, participar en comunidades de creación de conocimiento y acceder a mentores externos, expertos, científicos y empresarios. Además, los recursos de conocimiento y las capacidades productivas están disponibles “siempre y en cualquier lugar”, dentro y fuera de la escuela». (Kozma). Pág. 92

Una nueva manera de gestionar el sistema educativo

Uno de los retos es cómo compatibilizar el derecho a elegir centro educativo con la no segregación y la equidad educativa. Los autores alertan sobre la tendencia a la mercantilización de la educación. Las escuelas lucharán por atraer clientes/estudiantes. Pero se corre el riesgo de que una parte de la sociedad no tenga las mismas oportunidades de elegir por desconocimiento o por falta de recursos. Otro riesgo es la estigmatización de algunos centros debido al entorno en que se encuentran. Hará falta que el sistema continúe debatiendo sobre cómo evitar la segregación. Un ejemplo han sido las escuelas magnet, centros que han sufrido estigmatización y que ahora ofrecen elementos diferentes que no hay en las escuelas regulares.

Un segundo reto es la financiación. La tendencia es buscar financiación privada o gestionar la financiación pública con criterios privados de eficiencia y resultados. De nuevo esta tendencia puede entrar en contradicción con la igualdad de oportunidades educativas.

«Los argumentos a favor de este sistema, son la mejora de la eficiencia del uso de los recursos y de la equidad en la educación a través de la competencia de mercado y de una mejor adecuación de las necesidades de los alumnos a los puntos fuertes de la escuela. Sin embargo, sus detractores afirman que el sistema lleva a una mayor segregación de los alumnos por raza o clase social y faltan evidencias de los beneficios educativos». (Levin). Pág. 115

El tercer reto en la gestión de la educación es el diseño de itinerarios. De nuevo se contrapone el modelo que potencia las aptitudes individuales y establece itinerarios por niveles y el inclusivo más homogeneizador pero con más valor social. Los autores apuestan por un modelo inclusivo pero que se preocupe por la diversidad y que ponga los recursos para hacerla posible. Los itinerarios que segregan abocan a la victimización y al fracaso.

«PISA sugiere que los países con sistemas menos estratificados tienden a conseguir, no solo una actuación global por encima de la media, sino también una mejora significativa en la explotación del potencial de rendimiento, sobre todo en cuanto a estudiantes de entornos sociales desfavorecidos». (Schleicher). Pág. 120

¿Y cómo harán frente los profesores a todos estos cambios y condicionantes?

«Para el profesorado, aceptar el mundo cambiante de los niños quiere decir tratar la conjunción de lo que está pasando en el mundo económico, social, en la familia, en la calle y entre los compañeros y lo que pasa dentro del aula. El modelo de transmisión (aquellos que enseñan a aquellos que no saben) es cada vez más limitado en cuanto a su efecto y necesita complementarse con pedagogías estimulantes e imaginativas que se ajusten, o incluso que vayan más allá, de aquello que las tecnologías interactivas pueden ofrecer» (MacBeath).

La tendencia es que los profesores se sientan desmotivados, desprestigiados y con falta de herramientas para hacer frente al entorno cambiante. La colaboración en red, el fomento de la investigación, el liderazgo de los directores, la autonomía de los centros y los incentivos económicos en los casos más difíciles son algunas de las propuestas de los ponentes.

Según Marchesi «los centros tendrían que tener capacidad de buscar, seleccionar y contratar, como un sistema de servicios externos, los perfiles docentes que requieran en función del propio proyecto educativo. Este elemento daría agilidad y permitiría una gestión mucho más rápida de los problemas. [...] Los equipos directivos tendrían que poder establecer los mecanismos de formación de sus equipos docentes, tendrían que tener los recursos y los sistemas para liberar profesores para la formación y la investigación. Desde el centro es desde donde se detectan las necesidades reales. Reforzar la autonomía con la supervisión de la administración». Pág. 132

Aunque la descentralización y la autonomía de los centros de nuevo puede provocar desigualdades. En este punto es donde las evaluaciones se hacen importantes, para garantizar la equidad.

«Muchos de los países que han obtenido puntuaciones altas en PISA proporcionan objetivos y estándares educativos claramente formulados, y al mismo tiempo se han hecho menos normativos en términos de cómo los maestros tienen que traducir estos objetivos a la práctica. Más bien ponen el énfasis en crear un sistema educativo rico en conocimiento, donde maestros y directores llegan a ser socios y tienen la autoridad de actuar, la información necesaria para hacerlo y el acceso a sistemas efectivos de recursos que los ayudan a implementar el cambio». (Schleicher). Pág. 143

La comunidad educativa opina: ¿cuáles son los temas clave?

Capacidad crítica. Trabajar las emociones. Aprender para la vida, con un aprendizaje vivencial, que aprender sea un reto y que tenga sentido. Nuevas formas de educar que no fragmenten el conocimiento. La comunicación como elemento clave de la educación. Que los docentes fomenten el trabajo en equipo, la investigación y la formación, y que para que eso sea posible se aporten los recursos necesarios y aumente el reconocimiento social de la profesión. Son los puntos principales que han destacado las personas que han presentado aportaciones a Las 3 cosas que he aprendido.

Carme Barba Corominas. Maestra: «La observación, la reflexión, el debate, la escucha atenta de los argumentos de los demás, la formulación de hipótesis y saber contrastar la información que reciben constantemente, son estrategias que nuestros chicos y chicas necesitan de manera urgente». Pág. 164

Oriol Castellví i Estruch. Director de escuela, maestro de música: «Ahora ya sabemos que ningún niño aprende si no se siente contento y tranquilo. Palabras como autoestima, seguridad, espíritu crítico, o bien tolerancia a la frustración, son aspectos clave en el desarrollo de los niños». Pág. 167

Jordi Doménech Casal. Profesor de secundaria y formador de profesorado: «Lo que enseñamos no tendría que pretender sustituir el sentido común de los alumnos, tendría que pretender hacerlo más potente». Pág. 172

Maite Górriz Farré. Profesora de matemáticas: «Las matemáticas se aprenden andando, cantando, escribiendo, escalando, pensando, en definitiva, trabajando en contexto con nuestro entorno». Pág. 175

Roser Argemí Relat. Jefa de proyectos en la Fundación Jaume Bofill: «Sabemos que cuando un alumno es capaz de explicar lo que ha aprendido, quiere decir que ha interiorizado ese aprendizaje. Por lo tanto, es básico que en las escuelas e institutos (sí, sí, ¡en los institutos también!) los procesos comunicativos de aprendizaje estén en la base del día a día de las aulas». Pág.179

 

 

 

 


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